jueves, 23 de abril de 2009

Al Poeta A. Machado

BIOGRAFIA

Poeta y prosista español, perteneciente al movimiento literario conocido como generación del 98. Es muy interesante ver como hoy en día se leen con devoción sus obras. Nació en Sevilla y vivió luego en Madrid, donde estudió. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros poemas aparecieron en 1901. En 1899 realizo su primer paseo por la bella ciudad Eiffeliana, ciudad que volvió a visitar en 1902, cuando conoció a Rubén Darío, del que será gran amigo durante toda su vida. Más tarde, en Madrid, conoció al celebre Unamuno, a Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros escritores importantes de la época a los que consideraría sus amigos. Fue catedrático de Francés, y se casó con Leonor Izquierdo, que le dejó en 1912. En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la lengua.
Después escribió teatro junto a su hermano: Manuel Machado, estrenando algunas obras como: “La Lola se va a los puertos” o “La duquesa de Benamejí”.
Entonces llegó la Guerra Civil español, que le pillo en Madrid, pues al cabo de poco se trasladaría a Valencia y Barcelona.
Finalmente, el poeta, fue exiliado a Francia, y se plantó en Colliure, el pueblo donde encontró el fin de su camino.

POEMAS INTERESANTES

RECUERDO INFANTIL

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón.

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.

OPINION

Éste poema me gusta mucho porque denota aquella dulce época pasada llena de ignorancia y de felicidad en la que los maestros enseñaban a sus alumnos mediante canciones (aún me acuerdo de la odiosa melodía de las tablas de multiplicar). Pero, por encima de esto, me gusta el inicio y el final de este poema que transmite con potencia esta información que se proyecta en nuestra mente y nos hace sentir esa sensación de serenidad, de sentirte bien acogido en un lugar seco, sin viento ni frío, que produce la lluvia en esos días oscuros y tristes.

La calle en sombra. Ocultan los caserones...


La calle en sombra. Ocultan los altos caserones
el sol que muere; hay ecos de luz en los balcones.

¿No ves, en el encanto del mirador florido,
el óvalo rosado de un rostro conocido?

La imagen; tras el vidrio de equívoco reflejo,
surge o se apaga como daguerrotipo viejo.

Suena en la calle sólo el ruido de tu paso;
se extinguen lentamente los ecos del ocaso.

¡Oh angustia! Pesa y duele el corazón. ¿Es ella
No puede ser... Camina... En el azul la estrella.

OPINION

Lo que más me atrae de Machado son sus grandes dotes descriptivas, y en éste poema vuelve a enseñarnos que sus pocas palabras se transforman en grupos de mil y asumen el papel de imágenes.
Lo que Antonio nos enseña es que: Mil palabras, valen más que una imagen.


VIAJE A COLLIURE

Hace poco viajamos a Francia para ir a ver la tumba del poeta. Un viaje largo, pero no pesado, en el que leímos textos para Machado y dejamos nuestra huella en la suya. Es interesante poder ver la cantidad de gente que pasa un rato delante de esa tumba, dejándole algún obsequio (flores, placas, fotos...) y algunos que incluso le escriben cartas (poéticas o no) y las echan en su buzón personal, que obviamente tiene una entrada en nuestro mundo y una salida en el suyo. No puedo decir mucho más a cerca de este viaje, es bonito de ver y lo recomiendo a cualquier persona que lo conozca.

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