martes, 18 de noviembre de 2008

EPILOGO de Amor y Pedagogía



En esta novela de Miguel de Unamuno encontramos un extraño pero interesante epílogo, donde el autor no nos habla de un futuro en la obra sino de la obligación que tuvo de hacer un epílogo para llegar a las 300 páginas. En él habla de cosas variadas desde su punto de vista como docto-filósofo.

Así justifica el porqué de su Epílogo, se queja de que los artistas y los artesanos ya no están considerados por igual. Después cuenta el rechazo de un amigo a el fúnebre final del libro que era el suicidio de Apolodoro y le sugería que diera importancia a la vida y terminara con un final feliz. Y que si lo hacia le traduciría el libro al inglés. Esto le llamó la atención al autor, pero no quiso borrar los sentimientos que mostraban Ávilo y Marina al quedarse sin hijos. Describe varios temas del libro filosóficamente, con un toque de humor y hasta habla de matemáticas.

Y termina, como prometió, con el último verso del soneto de Lope de Vega:

"Contad si son catorce, y está hecho"

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